“Le Mythe Tragique de la Vedette en el Night Club” se denominó la novedosa muestra de Arturo Duclos y Pablo Langlois, dos valores de la plástica nacional, que expusieron en la Galería Gabriela Mistral, entonces de la División de Cultura del MINEDUC. Con esta exposición, la Galería Gabriela Mistral ratificó su propuesta básica de mantener un espacio integrado al lenguaje de los jóvenes creadores que ya tienen un camino transitado y una calidad que justifica su presencia en ella. Este espacio, que se encontraba entonces a cargo de Luisa Ulibarri, en aquel tiempo, además, Jefa del Departamento de Programas Culturales, se caracterizaba ya por entregar valiosos aportes a los lenguajes de la plástica contemporánea. Más allá de las diferencias, las obras de Duclos y Langlois coinciden en algunos puntos, como en el empleo de un lenguaje desarrollado sobre un cuerpo expandido, cuya matriz es la pintura. El crítico y teórico del arte Guillermo Machuca enfatizó que el trabajo de estos dos pintores proviene de fuentes pictóricas completamente opuestas tanto en la forma como en su contexto de origen. En Duclos, estas fuentes están en sintonía con la tradición de las “artes mecánicas”, dice, y con las tendencias contemporáneas ligadas al diseño gráfico; la pintura neoabstracta y neofigurativa y con algunas manifestaciones del arte objetual. En cambio Langlois se extiende sobre los difusos límites de un género – el paisaje natural y urbano – convertido en emblema de “identificación”. Duclos mostró tres composiciones suprematistas que fueron la continuación de una serie exhibida poco antes en la Galería Annina Nosei, ubicada en Soho de Nueva York. Constó de una pintura realizada en transferencia láser y dos instalaciones al muro en bandejas metálicas. Estas pinturas recreaban y recomponían composiciones de uno de los movimientos de vanguardia más importantes del siglo XX. A juicio de Duclos, en esta serie retoma el concepto de las obras realizadas originalmente por el pintor Kasimir Malevich. En ellas desarrolla el traspaso de los elementos figurativos hacia el área de la pintura no objetiva. La obra de Pablo Langlois correspondió a una serie de pinturas (paisajes, vistas de edificios públicos) abordadas desde diferentes maneras de manchar, de marcar color, que son acercadas y yuxtapuestas, mediante el uso de la tijera y la costura, posibilitando de esta manera la presencia de modos, tiempos y destinos distintos. Elaboradas en óleo y costura sobre tela, sus obras eran atravesadas por una serie de pequeños pedazos de género, copias de pinturas famosas, carteles publicitarios, ilustraciones coloreadas extraídas de enciclopedias de arte, periódicos, ediciones de artistas del siglo pasado y fachadas de locales comerciales de la ciudad. De esta manera acercaba las obras, igualando las diferencias de materiales, tamaño y territorio. Según Langlois, estas imágenes recorrían el montaje de manera similar a como recorren sus lugares de origen, constituyendo conjuntos ficticios y clasificaciones a voluntad. La presencia de Duclos y Langlois, señaló Luisa Ulibarri, agregó una nueva consistencia al tratamiento del paisaje natural y urbano y de la lectura misma de la historia del arte contemporáneo. “Cada vez más se integra mejor la obra con las características arquitectónicas y espaciales de la Galería y eso está definiendo una política curatorial que la distingue de otros espacios de arte”, subrayó.
Le mythe tragique de la vedette en el night club
Arturo Duclós, Pablo Langlois
Agosto 1995