¿Qué vemos? ¿Qué oímos? ¿Qué vemos cuando vemos? ¿Qué oímos cuando oímos? ¿Qué oímos cuando vemos? ¿Qué olemos cuando oímos? ¿Qué sentimos cuando vemos? ¿Qué pensamos cuando sentimos? ¿Qué sentimos cuando intuimos? Las prácticas artísticas como Enacción, de la artista Bárbara González, me hacen pensar en que es posible alcanzar momentos de lucidez ante un mundo que se nos aparece como si sólo estuviese dado, materializando lo que habíamos previamente desmaterializado: nuestro ser como fuente de efectos e interpretación del mundo. Es una situación interesante —y escasa— en el arte contemporáneo, cuando se presenta una obra que permite dar cuenta de los límites difusos de los sentidos que conforman nuestra percepción, en tanto límites difusos propios del arte contemporáneo. ¿Cuáles son los límites, las disecciones materiales y las que nosotros mismos realizamos, que nos permiten oír el sentido de lo que oímos o simplemente oír ruido, o a veces intuir que oímos algo más que ruido? La compleja red de información y sensaciones del entorno que interpretamos, transformándola a través del flujo de una percepción activa, para dotar de un sentido razonable a la realidad, puede hacerse visible a través de prácticas artísticas descontextualizadoras.
MÓNICA SALINERO RATES