En la Galería Gabriela Mistral, entonces ubicada en el edificio del Ministerio de Educación, expusieron sus obras dos artistas representantes de la nueva generación plástica: Nury González y Rodrigo Vega. Los nombres de ambos artistas ya comenzaban a destacar en el medio nacional y en esta ocasión expusieron sus propuestas en que utilizaron soportes tradicionales y recursos relacionados con la instalación. Los dos expositores fueron ganadores de becas del Fondo de Desarrollo de la Cultura y las Artes en 1992. En sus muestras individuales se aprecian las diferencias temáticas y técnicas y las concepciones en que fundamentan sus respectivas creaciones. Nury González presentó una serie de obras que son el producto de la interacción de pintura sobre pequeñas telas, interviniendo tejidos indígenas y lienzos de gran tamaño con elementos tridimensionales como el plomo. Creó de esta manera atmósferas que recordaban las pinturas rupestres. El profesor Eugenio Dittborn, que siguió de cerca el proceso de creación de estos trabajos de Nury González, señaló que “el pretérito de sus trabajos fue el conjunto de pequeñas operaciones sobre el imaginario neolítico”. En el caso de Rodrigo Vega, su exhibición incluía un conjunto de pinturas figurativas en las que prevalecían imágenes de apariencia anecdótica, en un juego de superposiciones a la manera de los collages. A juicio del profesor Antonio Moreno, que hizo la presentación de la obra de este artista, las creaciones de Rodrigo Vega propone “son dispositivos lúdicos, un luego de urgentes angustias que dicen relación con la delimitación del espacio de lo no dicho; lugares que activan la actualización instantánea y efímera de nuestra vida personal. La doble exposición en este reciento de Alameda Bernardo O’Higgins 1381, permanecerá abierta al público durante todo el mes de octubre.