Si la arqueología es la ciencia que se ocupa de los restos de una civilización, hay algo de arqueológico en los trabajos presentados aquí. Sólo que éstos toman a la propia civilización como resto. Residuos suburbanos, demográficos, étnicos e ideológicos se despliegan por el espacio como una suerte de proyección jeroglífica de la ciudad, el tránsito y las personas que pueblan con su ritmo incesante la nueva arquitectura de la galería, con su enorme ventanal. En diálogo con la urbe, Raimundo Edwards parte de datos estadísticos para dar forma a insólitos inventarios de objetos a medio camino entre el mundo natural y el metropolitano. En su instalación, utiliza elementos fronterizos, dotados de una extrañeza sugerente, donde se cifran pequeñas claves de indiferencia, violencia y marginación. Andrés Vial explora la complejidad étnica chilena en una doble propuesta sincrónica y diacrónica: un posible atlas etnográfico, y la encarnación de un edificio emblemático de Santiago cargado de connotaciones históricas y políticas singulares. Por su parte, Camila Ramírez investiga el devenir de las narrativas socialistas y los proyectos comunitarios. Contradicciones, límites y aporías nos invitan a repensar sus posibles articulaciones con la realidad contemporánea. Según Fredric Jameson, “Las ontologías del presente demandan arqueologías del futuro, no pronósticos del pasado”. Si esto fuera así, las obras de esta exposición practican una suerte de arqueología desfasada. Sus análisis del presente no ocultan cierto carácter prospectivo, o por lo menos no descansan sobre procesos que consideran concluidos. Son, en todo caso, las piezas de una arqueología a destiempo.
Arqueologías a destiempo
Camila Ramírez, Edmundo Edwards y Andrés Vial
Agosto 2012