Armar de memoria

Carlos Montes De Oca, Alvaro Oyarzún, Patricio Rueda
julio 1995

Tres autores chilenos integrantes de la generación de los ochenta se reencuentran a través de diversas técnicas y materiales en la Galería Gabriela Mistral. En la exposición que titularon “Armar de memoria”, los artistas plásticos Carlos Montes de Oca, Álvaro Oyarzún y Patricio Rueda reunieron sus últimos trabajos. Acrílico sobre tela, Bauer, pintura-instalación y hasta manipulación de técnicas por computador se congregaron en esta exhibición. “Los tres crecimos juntos en la plástica y venimos encontrándonos constantemente”, dijo Patricio Rueda al referirse al elemento común que une a los expositores, “pertenecemos a un segmento generacional en el que la multiplicidad de técnicas es una característica común”. A través de una estructura visual donde “todo es posible” y los géneros se entrecruzan, Montes de Oca Oyarzún y Rueda venían realizando un persistente y sistemático trabajo en torno a la interrogación de la pintura desde la subversión, la parodia y la historia. En sus obras “los soportes se multiplican y las prácticas del arte ensayan semiologías y paradigmas cruzados, rindiendo un tributo notable a la libertad”, dijo Luisa Ulibarri, entonces jefa del Departamento de Programas Culturales del cual dependía Galería Gabriela Mistral. En esta exposición, Patricio Rueda mostró su trabajo “La Pintura Chilena” con el que toma distancia del trabajo pictórico en el caballete y lo descontextualiza, haciendo coincidir diferentes técnicas, materiales y artesanías. “Cuestiono la noción de lo que es la pintura en nuestro país. Como elemento decorativo, como dato histórico, como ilustración. ¿Cuál es la identidad de nuestra pintura?, esa es mi indagación y no encuentro una respuesta absoluta”, dijo este artista que ha expuesto en Ciudad de México, Mendoza, Valparaíso y Santiago. En sus obras craqueló y tomó detalles de doce conocidas pinturas chilenas y las asume como cuadros que luego fueron presentados en maletas abiertas colgadas como marcos en los muros de la galería. Álvaro Oyarzún, radicado en París desde 1990, obtuvo en 1994 el premio Concurso Internacional de Pintura Vitry-sur Siene y posteriormente ganó una beca de Frac (Fond Regionales d’Arte Contemporaine). En ésta, su primera muestra en el país desde que partiera a Europa, exhibió su Políptico, compuesto de diez pinturas acrílicas de cien por cien centímetros cada una, sin bastidores y directamente puestas en los muros. La temática de este pintor que ha expuesto individualmente en variadas oportunidades en París, Santiago y Berlín es la reflexión en torno a la historia de la pintura y a sus temas más recurrentes: el paisaje, el bodegón, la figura. Con una mirada en la que la ironía y el sarcasmo no están ausentes, Oyarzún utiliza una diversidad tecnológica en la que mezcla técnicas del expresionismo abstracto y de la pintura clásica en un mismo espacio. “Lo que habéis visto hasta ahora” se denomina el reciclaje de anteriores motivos que Carlos Montes de Oca realizó en técnicas mixtas centrándose en la gráfica-objeto. Se trató diez módulos irregulares que iban en la pared y tres de mayor formato en el suelo, en los que trabajó con ensambles en madera y serigrafía. Sobre su trabajo, el joven artista explica: “En relación a tres frases: El espesor de la gloria, la pasión por el frío y el coraje de la sencillez, construyo una obra global, donde el trabajo sobre el soporte y el tratamiento de los materiales son fundamentales; al igual que la dualidad texto-imagen y texto-objeto, que están presentes en mis obras”, señaló.