Carolina Bassi

Ready made (Serie: El tuerto es rey)
1992
Dibujo con hilván y aplicación de pigmentos sobre entretela
209 x 141 cm

Procedencia
La obra fue cedida en comodato por la artista en el contexto de la exposición Atravesando Todos los Ojos, realizada en Galería Gabriela Mistral desde el 24 de abril al 20 de mayo de 1998.
Ingresó al Estado en junio de 1998.

 

Sobre la artista
Mi método de trabajo consiste en establecer relaciones entre ideas, imágenes y conceptos de distintas proveniencias y culturas. Esto se traduce en el uso de materiales de distintos orígenes, así como en el reciclaje de imágenes. E interesa que tanto las imágenes como los materiales y la técnica de trabajo aporten sus propias particularidades y remitan a su contexto de origen, de manera que la obra final reúna distintos niveles cruzados de lectura. Reutilizo material encontrado en la historia del arte, así como en la vida diaria, en documentos antropológicos o en diccionarios. Reciclo esta información, mezclando las jerarquías para crear nuevas relaciones. La corto circuito como una reacción de creación frente a la pasividad propia de nuestro mundo mediatizado, sobreinformado y uniformado, en donde el valor de cada cosa tiende a diluirse. La enorme cantidad de información que nos rodea permite que todos los posibles coexistan, y a la vez hace que se anulen y aplasten mutuamente. Nuestra cultura fast food banaliza, neutraliza y anestesia, y todo termina teniendo el mismo sabor hasta finalmente no tener ninguno. Mi trabajo persigue la lógica contraria al querer devolverle o reinventarle un sabor a la información que reproceso, al querer vitalizar cosas disímiles relacionándolas, al jugar con fetichismos, clichés y prejuicios intentando desestabilizarlos y resituarlos. Me interesa recuperar, mezclar y recrear a partir de lo que está bajo nuestros ojos, de manera de darle una lectura y un sentido para que podamos ver aquello que ya no vemos.

Periferia y centro son dos conceptos presentes en mi trabajo; al interior de cada cultura los encontramos, en diferentes niveles y grados; el centro es modelo idealizado y rico, codiciado y copiado por la periferia. Periferia por ser una mujer joven, artista proveniente de un país periférico cuya cultura refleja, a través de un espejo deformante, el primer mundo a quien quiere a toda costa parecerse, periferia por pertenecer a un mundo híbrido en donde el centro y periferia coexisten y se retroalimentan, es decir estar tanto a un lado del espejo como al otro, o quizás al medio.  Me interesa establecer relaciones entre esa doble pertenencia, ese no pertenecer plenamente a ninguno de estos dos mundos, en paralelismo a estos dos conceptos complementarios más que antagónicos, periferia y centro, cultura dominada y dominante, cultura alta y baja, poniendo en evidencia la relatividad y la movilidad de las diferentes escalas de valores. Me interesa mostrar los vínculos que se establecen entre el individuo y la cultura, la suya u otra, relaciones de fuerza o imbricadas, de conflicto, de desfase.

Me interesa rescatar elementos del arte popular y de la cultura urbana; su sentido del humor, de juego, de adaptación, su ligereza y a la vez su fuerza, su proximidad y su vitalidad. Me interesa desarrollar la idea de fetichismo, junto con la idea de magia. De 1990 a 1995 trabajé con entretela, un material sacado de contexto (la costura) sobre el cual bordé o más bien hilvané imágenes ligeras con hilo de algodón blanco o lúrex dorado o plateado, y pinté con purpurina dorada. Se trata de materiales reciclados y de una técnica manual que provine y evoca el barroco latinoamericano, el arte religioso y el arte popular de los países del sur. Los conceptos de precariedad, fragilidad, imitación, adaptación, simulación, propios a la cultura de la periferia, están presentes en ese trabajo… En estos momentos trabajo sobre un plástico transparente, sobre el cual bordo con mostacillas, hilos y lanas de colores. El soporte transparente, puesto a unos veinte centímetros del muro, permite ver detrás de él, y por lo tanto yuxtaponer, y por otra parte proyectar, gracias a una iluminación frontal, la imagen inicial. La proyección del trabajo en sí permite crear un efecto de tercera dimensión.

El plástico remite a un cliché de modernidad paseista, a un mundo fácil de vivir; prototipo del futuro ideal en las películas de ciencia ficción de los años cincuenta. El plástico se impone en la época de la emancipación de la mujer, y colabora en este proceso: entra a la casa en el mismo momento en que la mujer sale de ella. En mi trabajo este material recuerda un espejo, pero ya no refleja imágenes, sino que las proyecta.

En estos trabajos desarrollo el tema de la mujer frente al fastidio y a las exigencias de los juegos de seducción. Esta serie se construye y se lee como un juego hecho por un niño; pongo en escena algunas combinaciones posibles en donde se confrontan distintos arquetipos y clichés femeninos. El bordado con lanas de colores fuertes evoca un mundo infantil perdido y añorado. Los trabajos parecen ser imágenes gigantes para colorear, tareas de lógica elemental para completar en casa.

Carolina Bassi