Procedencia
La obra fue cedida en comodato por el artista en el contexto de la exposición Los Peligros del Olvido, realizada en Galería Gabriela Mistral desde el 20 de octubre al 30 de noviembre del 2002. Ingreso al Estado en diciembre del 2002.
Sobre la obra
Me gusta trabajar con los materiales usados, por la energía concentrada que emana de ellos, tienen mucha luz. Yo no trabajo con desechos, sino con vida pasada. Ha sido fundamental en mi obra. Esos materiales tienen una historia anterior. Mis piezas se concentran en esa energía, que además le da participación al otro. Mi obra regularmente comienza por el título, tiene nombre antes de existir. Siempre la primera motivación es una idea. Puede ser una palabra o una oración. Todo parte de ahí. El dibujo me gusta por su intensidad, es como la poesía. Es el pensamiento, la idea clara y precisa, sin tanto recorrido. Es la esencia. Todos los lugares me sirven para crear. Es una necesidad demasiado fuerte. Nunca he tenido un estudio en Cuba y eso fue un gran aprendizaje, porque siempre estoy creando y lo hago en cualquier lugar. En mi cabeza convierto un pequeño papel en estudio. Me adapté, puedo hacer una instalación para una sala de un museo con cientos de metros cuadrados en una servilleta. Todo en la cabeza cabe, en ese sentido, tal carencia me hizo fuerte. Y cuando no estoy creando me dedico a enamorarme de todo. Consagro mucho tiempo a mis amigos, a la gente que quiero y que me quiere, eso también es crear. […]
En el mundo contemporáneo los temas se han disuelto, más bien lo que uno ve son problemáticas. La vida moderna, por ejemplo, la rodean fenómenos tan disímiles que no puedes clasificarla dentro de una temática única. Entonces cada obra es un mundo diferente, es portadora de una idea diferente.
El mundo está hecho de migraciones. Del sur al norte, sobre todo, la gente viaja tratando de mejorar sus condiciones de vida. Los grandes movimientos humanos son cada vez mayores. Y sea cuáles sean las razones de esos desplazamientos, siempre hay alguien cercano que es parte de eso. Por ejemplo, cualquier familia cubana tiene a alguno de sus miembros lejos o que se ha lanzado al mar tratando de llegar a Estados Unidos. Eso lo tenemos cerca en la casa, en el barrio, en la escuela… es parte de la vida diaria. Y el cubano es muy familiar. Toda la felicidad y la tristeza de su gente le es cercana. Y esas personas que se separan no desaparecen. No pueden ser obviadas, porque marcan la vida y también la historia.
Me gusta tener la posibilidad de dedicarle un espacio a esa gente, a esa problemática tan universal. Es mi manera de aportar un poco de luz en algunas partes de esa historia que hay que respetar. Porque ninguna sociedad justa puede olvidar a alguien. […}
Canaima es el título de una serie de telas y papeles pequeños que realizó Lam cuando vivió en Venezuela, donde existe un parque nacional con ese nombre. El pintó un oso, con espinas y colmillos. El título me llamó la atención como punto de partida para un grupo de trabajos. Yo les llamo Objetos Peligrosos, aunque les dejé el nombre de Kanaima, por la referencia a Lam.
Kanaima (2002) por ahora se ha quedado en el dibujo, trabajé con carboncillo sobre tela, pero quiero hacer una escultura. Tengo un amigo pescador, lo conozco por su apellido Chávez, que lleva varios años guardando los picos de pez aguja que ha pescado él y otra gente. El siempre me ayuda en esa búsqueda que hago de remos, propelas, pedazos de madera vieja… todo ese material con su vida pasada que utilizo en mi obra. Me contó que tiene cerca de 500 picos de aguja. Con esos picos pienso traspasar un bote por diferentes lugares, de adentro hacia fuera. Será Kanaima convertido en objeto
Alexis Leyva