— HIC SUNT DRACONES
No es posible hacer distinciones
en la gran unidad del universo
Annette Laming-Emperaire
Los hombres, al morir, se vuelven historia.
Las estatuas, al morir, se vuelven arte.
Esta botánica de la muerte, es lo que
llamamos cultura.
Chris Marker
Existen muchas excusas y posibilidades para una itinerancia de las colecciones de la Galería Gabriela Mistral en el Museo Regional de Magallanes (Punta Arenas) en la víspera del quinto aniversario del hallazgo del estrecho de Magallanes. De la misma manera, existen muchas excusas y posibilidades para hacer coincidir en un espacio de exhibición, obras de arte contemporáneo con objetos museográficos, o para hacer convivir en una misma exposición las categorías de Arte y Patrimonio. Considerando la multiplicidad de argumentos, reflexiones y citas que se acomodan a las condiciones materiales y conceptuales antes expuestas, vale decir que éstas son sólo algunas ideas desarticuladas que surgieron en torno al encargo de esta exposición y en función de los cruces de aquellas delimitaciones políticas y epistémicas que construyen o han construido las consideraciones axiológicas (teorías del valor) en torno al arte y al patrimonio en este contexto.
Sobre el título de esta muestra, cabe señalar que es una invitación a pensar y categorizar las producciones visuales a partir de lo desconocido. Aquella frase, es una antigua singladura latina que quiere decir literalmente aquí hay dragones, que en su arcaísmo se lee como HC SVNT DRACONES. Se utilizó para referirse en mapas a los territorios inexplorados o peligrosos, de acuerdo con prácticas medievales que acostumbraron a grabar e imprimir seres y criaturas mitológicas en zonas marginales o aún desconocidas. El único mapa en que se reconoce dicha inscripción actualmente es el Globo de Hunt- Lenox (1503-1507), un globo hueco de cobre que se conserva en la Biblioteca Pública de Nueva York. La frase se sitúa muy próxima a las islas de Komodo y de Flores, lugar donde habita el dragón de Komodo (Varanus komodoensis), un reptil de gran tamaño. Es posible que inscripciones como éstas sirvieran a modo de “biogeografías”, señalando junto con los lugares incógnitos, a animales, plantas y seres humanos que inspiraron todo tipo de mitos y leyendas sobre monstruos y serpientes marinas, como los gigantes antropófagos de la Patagonia que poblaron el imaginario del extremo sur de América por varios siglos.