¡ATENCIÓN!
En esta exposición DEBES tener a mano tu celular con la cámara con flash activado, ya que esto te permitirá vivir una experiencia interactiva con las obras a través de la técnica Double Vision desarrollada por Paula Anguita. Sitúate frente a las obras y saca una foto CON flash a lo que tengas al frente. Revisa la imagen obtenida y descubre una segunda mirada de las obras de la artista.
Sobre la muestra
En una nota sin publicar escrita en 1870, Nietzsche afirma: “No existe una superficie bella sin una terrible profundidad”. La realidad no puede ser entendida solo desde la perspectiva de lo visible. Debemos rasgar el velo de las apariencias, con el fin de comprenderla en su verdadera amplitud, extensión y profundidad. Con su muestra “Des/Aparecer”, Paula Anguita se revela como una intérprete fidedigna de la sentencia Nietzscheana, reescrita en clave artística. A través de una serie de obras basadas en diversas técnicas de ilusión óptica, la artista construye un puente que nos permite transitar desde el ámbito de lo visible a lo invisible, y viceversa.
Esta intención se ve particularmente reflejada en las series basadas en la técnica óptico-fotográfica Double Vision, desarrollada por la artista en el contexto de sus estudios de Master en Weißensee Kunsthochschule Berlin. Se trata de una técnica de impresión basada en el uso de superficies con propiedades ópticas específicas, que permiten descubrir imágenes ocultas al ser fotografiadas con flash mediante smartphones. De esta forma, Double vision otorga al acto del registro fotográfico una nueva dimensión: la profundidad temporal, en un juego dialéctico entre presencia y ausencia. Locaciones urbanas cotidianas, aparentemente inocuas, revelan las huellas de un pasado doloroso que se vuelve presente: la memoria adquiere cuerpo, el flujo del tiempo se invierte. Retratos individuales cobran vida a través de miradas inquietantes, que interpelan directamente al observador. Y planos abstractos, cerrados en su concreta materialidad superficial, se transforman en ventanas abiertas a dimensiones espacio-temporales trascendentes y narrativas con una fuerte carga poético-simbólica. En síntesis, a través de su técnica Double Vision, la artista nos permite lograr algo aparentemente imposible, sobrenatural: fotografiar lo ausente.
Las cajas de luz, que también conforman parte de la muestra, complementan los recursos temáticos y formales anteriormente descritos. A primera vista, ellas parecen ser pantallas digitales. Pero una mirada más detenida nos permite reconocer que se trata de dispositivos enteramente analógicos. Esta ambigüedad perceptual se ve replicada en el contenido de las imágenes representadas, que se sitúan en el umbral entre la mancha difusa y la figura con contornos definidos. El uso intencionado de filtros ópticos genera un estado de permanente ambivalencia entre ambos polos, forzando al observador a tratar de fijar y enfocar los contenidos representados, que tienden incesantemente a desdibujarse. ¿Y qué es lo que fugazmente logramos reconocer en este juego perceptual entre lo permanente y lo efímero? El retrato de una madre con su hijo. Un individuo solitario, contemplando el horizonte. Una bailarina, ejercitándose. Algunas de estas imágenes se ven complementadas con textos, a la manera de strings de información digital. Uno de ellos reza: “silence reveals us the secret / we didn´t want to know” (el silencio nos revela aquello / que no queríamos saber). ¿Y cuál es este secreto? Nada es permanente, el tiempo tiende a borrar nuestras memorias, “todo lo sólido se desvanece en el aire” (Marx). En el silencio de la contemplación, las cajas de luz de Paula Anguita nos permiten experimentar el abismo de este secreto, cifrado en una experiencia estética.
El tono existencial de la muestra se ve reforzado por la inclusión de una obra singular, que tiende a desmarcarse de las lógicas de la ilusión óptica: una pintura al óleo. Su título es ciertamente sugestivo: “A/MORT”. Una pareja de mujeres abrazadas, en un delicado gesto que puede ser interpretado tanto como una expresión amorosa (Eros), como una despedida final ante el hecho inexorable de la muerte (Thanatos). A la manera de un signo, esta imagen sintetiza el propósito fundamental de la muestra: volver a hacer del arte un modo de traer a presencia algunas de las dimensiones fundamentales que constituyen nuestra experiencia del ser en el mundo, trascendiendo el ámbito de lo particular y contingente. Así como no existe una superficie bella sin una terrible profundidad, Paula Anguita nos revela que la vida y la muerte, lo visible y lo invisible, lo permanente y lo efímero, constituyen una unidad indivisible.
Juan Almarza Anwandter