“Crónicas de estar y desaparecer está planteado como un ejercicio combinatorio donde la función más sobresaliente está marcada por el juego con los tiempos en un recinto en mutación. La idea de exposición planteada por Paz Ortúzar, Maricruz Alarcón y Margarita Sánchez Urdaneta antagoniza con el concepto estático de un mo(nu)mento resuelto y final, la puesta en exhibición de una serie de operaciones difuntas. Al contrario, la estrategia que ellas plantean interroga la esencia de la producción y distribución de una propuesta artística en el medio establecido, que ve siempre en la obra un producto cerrado y concluyente. Algo de esto había adelantado el poeta y artista Robert Filliou en su Autorretrato bien hecho, mal hecho, no hecho (1973), donde disfraza con ironía la incertidumbre del autor como origen del acto creativo. Tal vez, solo cabe la provocación, el inicio de lo que el propio Filliou llamó la “creación permanente”: un ejercicio nómade, no exclusivo, capaz de ocurrir en cualquier momento, en cualquier lugar”.
PEDRO DONOSO