En este trabajo el artista busca mostrar el resultado de un recorrido de más de 8 mil kilómetros por la Región de La Araucanía, siguiendo la ruta de Rubén Bustos, avicultor aficionado que experimentó con la cruza de ejemplares de gallinas Kolloncas y Quetros, de la misma zona, creando un híbrido con aros y sin cola que, además, ponía huevos azules. Durante el primer Congreso Mundial de Avicultura de La Haya, el Poultry World de Londres, declaró “eso constituye lo más sensacional”.
En efecto, a principios del siglo pasado, Rubén Bustos, entusiasta avicultor chileno, crea un mito; la llamada “Gallina Araucana”. Lo que parecía una especie nueva de gallina, no fue más que el resultado de una hibridación entre dos tipos distintas de especies que además, los mapuches ya conocían bien. La hoy célebremente denominada “Gallina Mapuche” es conocida en Estados Unidos y Europa por su capacidad de poner huevos de color occyan, en referencia a su pigmento verdoso y azul.
Con estos antecedentes, y en el clásico “pan de molde”, un furgón Suzuki Carry del año 1996, especialmente adaptado, Torres emprendió su aventura en busca de los huevos de la “Gallina Araucana”, cuyo resultado se presentó en Galería Gabriela Mistral.
PROYECTO OCCYAN: UNA GEOPOLÍTICA DE LOS FLUJOS
Uno de los elementos particulares y también transversales a este proyecto artístico, es que ha sabido dejar en perfecto equilibrio su método de investigación territorial y su método instalativo de exhibición. Si bien, esta unión es un axioma ineludible para las obras pensadas bajo el imperativo del archivo, el hecho es que aquí el concepto de búsqueda —inherente a toda verdadera investigación— se ofrece para ser experimentado como el motor esencial del sistema de producción artístico. En ese sentido, lo que ha puesto de manifiesto Rafael Torres en su primera muestra individual en Galería Gabriela Mistral y que me parece es un gran logro, no solo por la calidad de la muestra a la que dio existencia, sino, y por sobre todo, por el hecho de recuperar de forma radical el lugar del artista como el lugar de una búsqueda. Esa asociación entre arte e investigación ha sido tomada como una verdadera cartografía materialista y una declaración de principios por parte del artista. Creo que aquí la obsesión de una búsqueda opera como un valor de uso, una forma de genealogía procesal, una pesquisa intencionada y el primer acto de construcción político a partir del cual se anima un proceso artístico que envuelve todo un circuito de relaciones y, como es del caso decirlo, que desafía los formatos regulares de presentación.
CÉSAR VARGAS