La instalación “Estratos”, de la artista visual Alejandra Prieto explora algunas relaciones invisibles entre la mineralidad, el extractivismo minero y las estratificaciones con las que solemos pensar lo humano y lo no humano. La muestra está compuesta por tres esculturas de forma humana, una esculpida en carbón y dos en pirita, situadas en dos pozos, uno compuesto de litio y alumbre potásico y otro de sulfato de cobre.
No es la primera vez que la artista invita al público a acercarse a las mineralidades, al centro de los aparatos productivos y de explotación del país. Por más de una década, la artista ha estado trabajando con carbón, pirita y litio a través de la escultura, la intervención de materiales y el video.
“Estratos” manipula química y escultóricamente elementos minerales extraídos por grandes mineras en “zonas de sacrificio” del norte y sur de Chile. La instalación juega con desestabilizar los límites entre la práctica escultórica, la coreografía, la química y la geología. Como plantea el académico César Barros A. en el texto del catálogo que acompaña la obra, “la instalación nos presenta una coreografía a nivel molecular: carbón, alumbre de potasio y carbonato de litio están activos en una verdadera performance. Los procesos de cristalización unen la figura humana (de carbón o pirita) a otros materiales, rompiendo con sus límites y escenificando así nuestra propia materialidad mineral”.
“La muestra tiene algo de química básica que puede ser interesante para el público. Para mí, ese primer impulso curioso para acercarse a cualquier acontecimiento o cosa es clave, ya que es una manera no impuesta de pensar las formas y sorprenderse al reconocer materiales de los que hemos escuchado muchas veces, aquí podrán ver usados de otra manera, en otras funciones”, dice Prieto.
Como dice César Barros A., “lo que vemos en Estratos es una invitación a cambiar la orientación desde donde pensamos y nos relacionamos con aquello que como seres en el capitalismo consideramos ‘naturaleza’, ‘recurso’ y ‘materia inerte’. Prieto nos reorienta al conectar diversos estratos en sus distintas capas (naturales, sociales, minerales). Es esta orientación la que interroga, desafiando las jerarquías creadas por un capitalismo fundado en la división sociedad-naturaleza y que depende de tal división para su constante reproducción y expansión”.
Las esculturas están vestidas con ropa deportiva y por ello generan una peculiar indistinción entre representación artística y presentación de escaparate. “Se pueden ver desde afuera y pueden atraer al que las vea a través de la vitrina, al no saber si son cuerpos vivos o una representación de ellos”, señala la artista. Esta indistinción entre escultura y maniquí, entre cuerpo performativo y piedra inmóvil, también funciona como una manera de historizar los cuerpos representados.