La obra fue cedida en comodato por el artista en el contexto de la exposición colectiva El Alma en un Hilo (con Rodrigo Merino), realizada en Galería Gabriela Mistral desde el 29 de marzo al 19 de abril de 1996. Ingresó al Estado en julio de 1996.
Pinto de memoria: una sala de espera con un gomero, un edificio rectangular, una plaza geométrica con dos árboles, un hall de un banco, un grupo de tres personas reunidas en una mesa, un niño sentado en el suelo. Traté de retener estas cosas que me gustan haciendo fotografías, pero la imágenes que tomé siempre fueron decepcionantes. En las fotografías no caben los lugares que quiero describir, aparece demasiada información inútil y muchas veces no se ven cosas importantes porque están tapadas. En cambio, en la rememoraciones las diferencias se atenúan, la luz se aplana, las jerarquías de los objetos cambian, la perspectiva se tuerce para mostrar elementos recordados con más fuerza. Inventé así lugares donde todos los momentos y muebles caben; donde la experiencia grande cabe en el cuadro chico. La mala memoria logra acá hacer la equivalencia y la conversión de dos experiencias de recordar en el taller y la ver en el paseo. Desde entonces dejé las cámaras de foto y las reemplacé por un clic mental que hago tocándome la sien cuando algo me llama la atención.
IGNACIO GUMUCIO
