Francisca García

Interior, Amanecer
2002
Fotografía, impresión digital
105 x 136 cm (2)

Procedencia
La obra fue cedida en comodato por la artista en el contexto  de la exposición Interior, Amanecer, realizada en Galería Gabriela Mistral desde el 9 de mayo al 8 de junio del 2002. Ingresó al Estado en  octubre del 2002.

 

Sobre la Obra
[…] En “Interior, Amanecer”, título de la muestra, Francisca deconstruye un texto cinematográfico con el propósito de convertirlo en un texto visual, de las artes plásticas. Pero la conversión no persigue el simple traslado de un medio expresivo a otro. Cada una de las estructuras visuales que reproducen o reconstruyen cuadros consecutivos de una parte del texto cinematográfico, operan como detectores de los rasgos diferenciadores de las respectivas disciplinas.

El filme deconstruido es “Amanecer”, película silente en blanco y negro de F. Murnau, realizada en el año 1927, a la que más tarde se le incorporó música para “crear una especie de atmósfera inconsciente” (1) y por ende acrecentar la expresividad de las escenas. En la selección de la obra la artista tuvo en cuenta la sobreactuación característica del cine mudo, más la ausencia de diálogos – que entonces obligaba a concentrar en la producción y secuencia de las imágenes todo el peso narrativo -, aspectos que sin dudas facilitarían su reprocesamiento para un espacio de galería.

Asimismo, del filme escogido tomó justamente los momentos culminantes, aquellos que por constituir el clímax de la película -representados en la secuencia fílmica por el instante en que el hombre asesinará a la mujer, mientras la pareja se pasea en bote por un apacible lago-, fueron realizados en primeros planos, proximidad de cámara, en las consecutivas tomas alternas de los protagonistas, que resalta la intensidad dramática de ese segmento del guión. La relevancia de esta escena a partir de la paradoja de crear una atmósfera de terror en una mañana apacible, decidió la inclusión de “Amanecer”, dentro de la lista de películas de consulta obligada para los cineastas que se inician en el aprendizaje del género del suspenso.

Uno de los primeros retos que la artista tuvo que enfrentar fue cómo enunciar los poderes privativos del cine -digamos por caso la secuencia narrativa o el ritmo cinematográfico- al sustituirlos por, o convertirlos a formas representacionales del arte contemporáneo. Las diferencias entre las expresiones artísticas, evidenciadas en la re-escenificación del fragmento fílmico en el nuevo espacio, sacaron a relucir, a su vez, las diferencias en los procesos perceptivos. En una comparación entre ambas artes Walter Benjamin expresó: “La pintura invita (al espectador) a su contemplación; ante ella el espectador puede abandonarse a sus asociaciones. Sin embargo ante la pantalla de cine él no puede hacer esto. Tan pronto sus ojos se apoderan de una escena ésta ya ha cambiado. No puede ser detenida” […]

Margarita Sánchez