Ecosistema

Bernardo Oyarzún
Mayo 2005

Eco Sistema fue una instalación del artista visual Bernardo Oyarzún que abordó la noción de paisaje en un sentido amplio de naturaleza, cultura y biografía, El artista reconstituye identitariamente una localidad del Sur de Chile, revelando su aspecto natural, mediante fotografías de gran formato y su aspecto humano o social, interpolado por el aura y las historias de objetos recolectados en la zona. La locación de la exposición Ecosistema es El Ñadi, perteneciente a la comuna de Los Muermos, tristemente célebre por la tala ilegal de Alerces de la montaña costera, y por la destrucción de su bosque nativo. Asimismo, es lugar donde nació Bernardo Oyarzun, por lo que lo siente como la tierra de sus ancestros, de su familia, y así lo describe: “El perfume de los árboles me remite a viejas anotaciones en mis genes y por eso me siento en casa. Las herramientas de mis familiares me recuerdan sudores y manualidades que he vivido con ellos en otro tiempo. Mi familia emigra de este lugar en los años 60’, conmigo y mi hermana en brazos, después de una mirada objetiva y pesimista del entorno dominado por extranjeros dueños de la tierra, de la moral y lo demás. Cuestión que sucede en América Latina -para ser justo-, como políticas económicas y de “blanqueamiento de la raza”. Este pequeño fragmento histórico familiar corresponde con la migración en masa a Santiago en la primera mitad del siglo XX, de gran cantidad de mano de obra y la expansión correspondiente de la capital, alimentando glotonamente su natural despotismo hipócrita dibujado explícitamente en su mapa, la distribución del producto y, el maltrato social y laboral con sus obreros.” En una de las salas Oyarzun produce un juego virtual. Mediante la aplicación de la planimetría reconstruye fotográficamente un fragmento del bosque nativo de El Ñadi –casi en extinción-, simulando el traslado de éste a la Galería en un bloque espacial o cúbico. Esto significó al artista viajar a la X región y fotografiar el paisaje nativo en una secuencia de tomas aledañas, para luego reconstituir el espacio fotografiado a tamaño real (escala 1:1). El segundo núcleo de la obra es la recolección, en la misma localidad de herramientas y objetos de campesinos, reconstituyendo así el paisaje humano y cultural del lugar -también a escala real. Estos objetos tridimensionales son exhibidos sobre un plano de 3 x 6 m., y colocados en forma dispersa, sin orden y calculadamente apretados unos a otros, de tal forma que tienden a una textura, en una suerte de friso. Estas herramientas autobiográfica presentes en la obra, dan una mirada crítica, aguda y profunda, sobre la identidad, el manejo del paisaje local, la ecología o aspectos externos que interfieren sobre el lugar. Bernardo Oyarzun así se refiere a su exposición: “Este trabajo articula un procedimiento técnico para abordar el paisaje, como una herramienta objetiva, científica y de representación, a través del concepto técnico de planimetría de paisaje o levantamiento de planos, sin embargo, deambular por el terreno paso a paso bajo el rigor matemático de su fórmula y de su hacer, es otra cosa, el procedimiento es tema en su hacer, y en este sentido, para mí tiene tanto valor la acción in situ como la parafernalia instalativa en la galería. Lo interesante es lograr que la instalación se enmarque dentro de la presentación de sus propios mecanismos, como sería un mapa, por ejemplo, y no la reproducción de un reducto natural, que sería patético como resultado. Esto se explica mejor en un detalle de un tercer elemento presente en la obra, el del ruido -amplificado desde su mecanismo eléctrico- que remite al objeto a lo que es, un plano de paisaje.” El artista trabaja la noción de paisaje de un modo autobiográfico y sociocultural, nos patentiza las carencias y el poder, y su latencia oculta. Nos muestra la realidad y el conflicto, a escala real, de estas localidades despobladas y con problemas graves en su ecosistema. La exposición se centró en una poética que nos cuestiona en un sentido ético.