La obra fue cedida en comodato por el artista en el contexto de la exposición colectiva JPN (con Felipe Mujica), realizada en Galería Gabriela Mistral desde el 25 de septiembre al 16 de octubre del 2001. Ingresó al Estado en octubre del 2001.
Mi trabajo consiste en concebir algo que hoy llamo oposiciones de lenguaje. Me gusta crear una cosa que se explica por sí misma y sin embargo acarrea un misterio. Me gusta crear una situación cuyo significado puede ser macabro, repulsivo, nefasto, mientras no puede más que ser contemplado en secreta alabanza de una simplicidad acojonante. Mi trabajo se inicia en una deriva poética no sin aspiraciones filosóficas donde los conceptos y materiales, los recursos técnicos, las personas involucradas, todo colabora para crear una red de sentido y sentimientos que, desearía yo, de alguna forma, desencadena un cambio. Imagino que en realidad esa es la función de los que crean visiones: generar movimiento de ideas, de lenguas, no solo de bienes que usamos para señalar posiciones económicas. Cuando una idea se convierte en materia no es sino una traducción visible de mis deseos, una fantasía; es el emplazamiento político de esta construcción lo que realmente nos hace sudar ¿dónde?, ¿cuándo?, ¿para quién?
DIEGO FERNÁNDEZ
