Cristián Silva

Coffee Table
2005
Escultura. Lámina de acero de 3 mm pintada con esmalte electroestático)
120 x 90 x 60 cm

La obra fue cedida en comodato por el artista en el contexto de la exposición Yagán, realizada en Galería Gabriela Mistral desde el 28 de julio al 19 de agosto de 1998. Ingresó al Estado en febrero del 2014.

Formado en las disciplinas del grabado a fines de los años ochenta, ha cultivado un lenguaje artístico que se nutre de la historia, las mitologías, la crítica social y la psicología. Motivado por un amplio rango de sujetos que pertenecen tanto a un universo profundamente personal como a la cultura general, Silva crea murales, esculturas, objetos, instalaciones, videos y dibujos que en su conjunto construyen situaciones alegóricas teñidas de connotaciones sociopolíticas. Su peculiar visión de la cultura, pasada y presente, está frecuentemente contaminada por un sutil y ocasionalmente cándido humor, resultando en un denso tejido de información y coincidencias. El trabajo de Silva habita una esfera en  la que lo político se encuentra con lo existencial, intentando explorar lo que él mismo ha denominado el lado íntimo y afectivo de la lucha de clases; una borrosa zona en la que, por ejemplo, ciertas imaginerías socialistas, fascistas o masónicas conviven en tensa armonía. Desplegando una disparatada colección de elementos –a los que a veces llama Sujetos en Suspensión ha elaborado una modesta aunque compleja crónica de su propia experiencia en la llamada “periferia”: botellas de plástico, pelotas de golf, cuescos de durazno, barras de chocolate, frazadas de lana, un machete sobredimensionado, una papas o una persiana desvencijada, objetos que forman parte del disfuncional alfabeto simbólico de Silva, un inventario autobiográfico con el que negocia de forma ambigua los interminables asuntos de lucha de clases e identidad poscolonial en América Latina.

CRISTIÁN SILVA